El libro cuenta que Ayose movió la linterna una y otra vez como un péndulo, de derecha a izquierda, mientras que nuestros cinco sentidos estaban puestos en las pinturas rupetres de sus paredes. Todas tenían tamaños y formas diferentes: círculos, triángulos y espirales; unas eran de color rojas y la mayoría de color negro, negrísimo, como el carbón.
¿Pueden enviarme al e-mail dichas pinturas rupestres?
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